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En pleno centro de Utrecht, en una antigua iglesia, se encuentra un extraño museo para los aficionados a los objetos curiosos:
 el Museo Nacional de los Autómatas Musicales, especialmente centrado en los organillos. Sí, sí . Parece increíble dedicar un museo a este tema, pero en Holanda las ferias se han visto animadas desde hace siglos por estos aparatos, que nada tienen que ver con la idea que normalmente tenemos de ellos. Aquí se exponen piezas de todo tipo, algunas cuya construcción remonta al siglo XVI : organillos, pianolas, relojes musicales, cajas de música… y todos funcionan. Durante la visita del museo se pueden ver en funcionamiento algunos de los más interesantes, como el Hupfeld de 1920 que toca violines instalados en su interior (ver foto), o un autómata musical que representa una dama japonesa y que data de 1885. Pero el núcleo de la colección está formado por esos organillos de feria holandeses, algunos de más de diez metros de ancho, cuyo volumen sonoro hace temblar horrorizadas las paredes del museo (además de los tímpanos de los visitantes). Una visita insólita que no hay que perderse si uno se encuentra en la ciudad.\n\n
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