LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_VIAJESDELRIO_2009_1_10_ESAS-ESTATUAS-DESCONOCIDAS-

Todos nos hemos extasiado alguna vez ante una de las grandes estatuas de la historia del arte: el David de Miguel Ángel, la Victoria de Samotracia, el Pensador de Rodin… Pero el mundo está lleno de pequeñas maravillas que no están en las guías de viajes, ni en los libros de historia del arte, ni salen en los reportajes culturales. Pero están ahí, por todas partes, esas estatuas mal conocidas, que un día fueron inauguradas, que fueron realizadas por un artista que esperaba la gloria, y que se han quedado en eso, en algo desconocido. \n\n

\n\nLas hay que tienen gran calidad artística, otras mucha menos (ciertas ninguna). Pero lo que importa es que siguen ahí, y que siempre encuentran a alguien para admirarlas. Como dice Gombrich, todas las razones para admirar una obra de arte, sea la que sea y sean las que sean, son buenas. \n\n

\n\nA algunos les gustan porque siempre han estado ahí. A otros porque se las cruzan todos los días, y les parecen vivas. Ciertas personas las adoran porque creen haberlas descubierto, escondidas como un tesoro en su rincón, lejos de los turistas y sus cámaras… Se establece una"complicidad" con estos elementos pétreos del paisaje urbano, únicas caras que no cambian con el tiempo. Personajes que, no siempre bien cuidados, nos cuentan no la historia, sino historias del lugar que a lo mejor un día habitaron en carne y hueso, y que hoy ocupan y animan.\n\n

\n\nAlgunas de estas esculturas recuerdan a hombres insignes. A veces a personajes que ya nadie conoce. Y otras no hay manera humana de saber a quién están dedicadas: el tiempo no ha perdonado, pero nadie se atreve a quitarlas de la plazuela donde están, por una especie de miedo supersticioso ante estos objetos casi animados, como si el golpe de pico final fuera una forma de asesinato del alma de un desconocido…\n\n\n\nViajando, viajando, se aprende a apreciar estas pequeñas maravillas (que a veces no lo son tanto…), que nos acercan sin prejuicios a otras referencias culturales, a otras estéticas y a otras formas de vida cotidiana, de las que ellas nos ofrecen un panorama inesperado y una visión más intimista que los de los grandes monumentos.\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n