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  • Todos los que hemos viajado a Turquía (y a otros países de la región) hemos visto esos ojos azules de vidrio que nos miran desde todas partes. Ya el aeropuerto de Estambul está presidido por uno de esos ojos de tamaño monumental. Los hay en los coches, en las tiendas, en las casas, en las sillitas de niño… todo el mundo lo lleva más o menos escondido. Musulmanes y seculares (es mucho más antiguo que el islam), viejos y jóvenes, hombres y mujeres, nadie se salva. Su poder para conjurar el mal de ojo no encuentra oposición, es la manifestación por excelencia de la superstición en la cultura popular turca. Su nombre en turco es Nazar Boncuğu o Uğurlu, y en Anatolia siempre (SIEMPRE) ha sido un icono inevitable. Es una creencia muy antigua cuyos orígenes se remontan a Babilonia y a Egipto, así como a los escritos sumerios e hititas (que ocupaban el territorio donde hoy viven los turcos). Según la tradición, su utilización estaba asociada a un exceso de adulaciones, que significaba una forma larvada de celos con un fuerte poder negativo. Fuerza negativa que este amuleto puede absorber y atrapar para proteger a la persona que lo lleva. Ah, y para que su poder sea mayor, tiene uno que encontrárselo en el suelo por casualidad. O, en el peor de los casos, que sea un regalo de otra persona. Inútil por lo tanto comprárselo en el Bran Bazar, porque no va a funcionar, ¿vale?.\n\n

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    Pero las supersticiones de mis amigos turcos no se terminan en el famoso ojo. Creen que trae mala suerte señalar con el dedo un cementerio si el dedo está seco (por lo visto, hay que mojárselo antes). Si uno se acuesta con los calcetines cerca de la cabeza (!?), morirá en los días siguientes, igual que si cuando uno se quita los zapatos uno de ellos cae del revés. El ulular del búho trae mala suerte, y si se cruza uno un conejo, debe darse la vuelta por si acaso. Un ladrido de perro inhabitual, un canto de gallo demasiado prolongado, o el mugido de un buey anuncian una catástrofe natural (quizás no sea una superstición en un país con actividad sísmica...). Por el contrario, soñar con un escorpión es un buen signo. \n\n

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    Y hay más, hay más. Si a uno le pica la palma de la mano derecha, va a recibir dinero. Pero si es la izquierda, va a gastárselo (no tiene nada que ver con las tendencias políticas, ¿eh ?). Si a uno le silba el oído izquierdo, es un signo de riqueza, si es el derecho, va a tener buena salud. Cuando palpitan los párpados, se anuncia la muerte de alguien de su entorno. \n\n

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    La luna también hay que mirarla con atención. Si los extremos del creciente (símbolo y bandera del país) apuntan hacia abajo, el mes va a ser lluvioso. Si es al revés, el mes será de sequía. No se debe lavar la ropa los martes y los sábados, porque si no la persona que va a ponerse la ropa lavada morirá antes de ensuciarla. No hay que casarse un martes ni coser los viernes. Y cuando se come con un turco, es imposible pasarle un cuchillo directamente en la mano: hay que ponerlo sobre la mesa y que lo coja (conociendo el percal, esto más que una superstición ha debido ser un método de supervivencia en ciertas épocas)\n\n\n\n\n\n

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  • Supersticiones en Turquía: vacuna contra el mal de ojo
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