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  • En las primeras estribaciones de los Alpes del sur se encuentra el pueblo de Moustiers-Sainte Marie, la capital provenzal de la fayenza, un auténtico decorado de nacimiento. Encajado entre dos bloques rocosos, este lugar tiene una larga historia rica en leyendas. El cañón sobre el que se apoya está cruzado por una cadena que sujeta una estrella dorada, instalada en el siglo XIII a causa del voto de un caballero del lugar a su retorno de las cruzadas. La montaña que le sirve de fondo acoge una pequeña capilla a la que se accede a pie por una escalera de piedra: Notre-Dame-de-Beauvoir. La leyenda dice que fue el propio Carlomagno en el siglo IX el que hizo construir la capilla. En realidad, las trazas más antiguas de su existencia son documentos datados en 1113 y en 1135. Se conservan ciertos restos de esta época, pero la mayoría de lo que se se puede ver hoy en día procede del siglo XVI.\n\n

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    Esta capilla sería una de tantas las que jalonan el territorio provenzal, si no fuera por la historia que la acompaña. Históricamente, el nacimiento de niños muertos ha sido frecuente a causa de las condiciones higiénicas y de las circunstancias generales del parto. Según la creencia popular, el niño que nacía muerto tenía (por si ya fuera poco) dos problemas. No tenía derecho a ser enterrado en tierra santa, porque no estaba bautizado. Y además su alma pasaría la eternidad vagando entre los limbos, sin derecho a ir ni al cielo ni al infierno (!?). Cosas de la Iglesia católica, porque en la Biblia, que yo sepa, no hay instrucciones sobre la cuestión.\n

    En la capilla de Notre-Dame-de-Beauvoir encontraron la solución. Los familiares de los niños muertos antes o durante el parto llevaban el cadáver subiendo por la colina hasta la capilla. Al llegar, el milagro se producía: el niño resucitaba durante unos segundos, el tiempo necesario para poder recibir el bautismo y así adquirir los " derechos " que unos minutos antes se le negaban. Podía ser enterrado en un cementario como los otros, y además con garantía de ir al paraíso. La referencia a la Virgen del nombre se explica porque para que el milagro se produjese se necesitaba su intercesión. Hay otras capillas en la región en las que se producía el mismo fenómeno, como Notre-Dame de l'Ortiguière en Saint-Christol-d'Albion. \n

    Este fenómeno es conocido en la región como répit, respiro en español. Este tipo de capillas funcionó desde el siglo XIII hasta la Primera Guerra Mundial, y fue sobre todo durante el siglo XVII una fuente de riqueza importante para los santuarios en que se producía. La explicación del milagro es algo más prosaica. Ciertos signos propios de la descomposición del cadáver (retorno del color en la cara, movimiento de los pulmones, ruidos en el cuerpo) podían hacer creer en una resurrección temporal del muerto. El cuerpo, depositado ante el altar de la Virgen, era bautizado inmediatamente y después de esta " segunda muerte " era enterrado allí mismo. \n\n\n

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    En la capilla de Notre Dame de beauvoir se dieron 336 casos entre 1666 y 1673. La actitud de la Iglesia católica fue ambigua en lo que se refiere a esta práctica, pero en 1723 Benedicto XIV decidió prohibirla. Su prohibición fue más o menos ignorada en ciertos santuarios retirados, pero el racionalismo y los avances de la medicina forense liquidaron definitivamente esta extraña tradición. De todos modos, desde el 20 de abril de 2007 todo posible debate sobre la cuestión desaparece, ya que la Iglesia ha decidido abolir definitivamente la existencia de los limbos…\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n

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  • La capilla de los niños resucitados
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