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 Entre Bolonia e Ímola, se encuentra el pueblecito de Dozza. En principio no tiene nada de especial comparado a los otros pueblos de la región: aspecto medieval, una rica historia durante el Renacimiento, pero a priori nada que puediera destacarlo del resto. Hasta que un cierto Tommaso Seragnoli tuvo la idea genial de, apoyado por un grupo de habitantes del pueblo, crear la Bienal Artística de los Muros Pintados (Biennale d’arte del Muro Dipinto) en 1960. Una bienal de arte diferente de las otras. En lugar de traer las obras y exponerlas, se invita a los artistas a venir al pueblo durante el mes de septiembre y a pintar sus obras ante del público. Pero no sobre un lienzo, sino… ¡sobre las casas !. Desde entonces, más de 200 artistas han participado a esta manifestación, contribuyendo a dar un aspecto muy, muy especial a este pueblo. Se trata de un paseo extraordinario para los amantes de arte contemporáneo. Sus casas medievales tienen los muros decorados por frescos de todos los tamaños, estilos, colores y tendencias, algunos recientes, otros ya dañados por el paso del tiempo. Proponer un espacio público para expresar el arte no es una idea original, pero ha logrado revitalizar Dozza y convertirlo en un lugar único. Como afirma Simona Lembi, consejera de cultura de la provincia de Bolonia, " el resultado de esta iniciativa es haber creado un bellísimo museo a cielo abierto, que antecede a la idea de ‘public art’, gracias a la relación intrínseca que se desarrolla entre el artista, el público y el lugar. En pocas palabras, un ejemplo de sentido cívico ". El viajero que pueda permitirse vagabundear un poco por allí apreciará la estética sorprendente de este pueblo, lejos de la idea que tenemos de la Italia rural tradicional.\n\n
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