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 En los bordes de las carreteras nacionales nos encontramos a menudo con restos de otra época, los anuncios que intentaban atraer la atención de los automovilistas, hoy prohibidos. Todos recordamos en España el del Nitrato de Chile, el famoso toro de Osborne… pero hay un montón más, en todos los países: anuncios de bebidas, de piezas de coche, de garajes, de monumentos… Tienen algo en común: pintados, con los colores ya desvaídos, con una estética de otra época. Estos anuncios están siempre muy unidos al viaje, al movimiento, a estas nacionales. Algunos, pese al tiempo y a las prohibiciones, parece que no aceptan borrarse, que resisten a los ataques. Se van degradando, pero siguen ahí, acechándonos para enviar al viajero un mensaje de nostalgia, para transportarle a otra época en la que recorrer las carreteras era todo un rito, con sus paradas, sus aventuras, sus averías, y con el tiempo de mirar el paisaje. Lo creáis o no, hay personas (como yo) que cuando viajan buscan estos restos casi arqueológicos para fotografiarlos, y así impedir que el tiempo termine su trabajo de destrucción, ya bien avanzado, y para permitirles tener una nueva vida, esta más virtual, lejos del asfalto.\n\n\n\n \n\n
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