Llega un momento en la carrera de todo estudiante que debería ser obligatorio irse de Erasmus para pasar al siguiente curso. Aunque hay quien crítica y desacredita estas becas considerándolas como “una oportunidad para sacarse asignaturas”, y satirizándolas bajo sustantivos como “orgasmus”, sus beneficios y aportaciones a la preparación social y profesional de los universitarios van mucho más allá de lo puramente académico o lingüístico. \n\n \n\n
El Erasmus es algo más que diversión, fiestas continuas y alcohol, como se empeñan en concebirlo sus detractores. Constituye una oportunidad única de salir fuera, y dar un paso más, traspasando definitivamente la línea del que está de paso, al residente para conocer una ciudad y un país desde dentro; que el salón de tu piso parezca la ONU o que te canten el cumpleaños feliz en ocho idiomas distintos… eso, eso pasa muy poquitas veces en la vida, y una de ellas puede ser de Erasmus.\n\n \n\n
Y es más vivir en otro país, con una cultura diferente (por mucha globalización que haya) y conseguir adaptarse a un medio desconocido, sin la ayuda de mamá o papá, es imprescindible en la era de la Globalización en la que nos hallamos, al fomentar lo que formalmente se ha venido llamando “desarrollo personal y profesional”, y vulgarmente conocido como “espabile”. \n\n \n\n
En palabras del gran Unamuno, “el fascismo se cura leyendo, y el racismo se cura viajando”, la mezcla es básica para la convivencia, y el Erasmus permite, además, que se haga en igualdad de condiciones (como estudiantes) lo que siempre potencia la tolerancia y la interacción. \n\n \n\n
El destino es lo de menos, en todos ellos la experiencia será única e inolvidable con seguridad (aun no conozco a nadie que lo haya pasado mal). Pero si estás totalmente perdido en tu elección, aquí van algunas pautas que pueden ayudar:\n\n \n\n
Normalmente, son preferibles las ciudades pequeñas y universitarias (tipo Salamanca), la razón obvia: desplazamiento fácil y barato; y lo que es más importante, un ambiente joven variado. Aunque estés acostumbrado a vivir en una ciudad grande, al final se agradece poder dejar el metro u olvidarte de los atascos mañaneros por unos meses. \n\n \n\n
Otro criterio importante es la Universidad de destino. En principio, la estrategia más común sigue el criterio de la convalidación: cuanto más te convaliden, mejor; pero CUIDADO, porque la avaricia rompe el saco, y es preferible optar por una universidad de más o menos prestigio, que te permitan formarte con métodos distintos, y dejar a un lado lo cuantitativo. Así se consigue matar dos pájaros de un tiro: salir y engordar el currículum. \n\n \n\n
El idioma, eso que nos da tanto miedo y que frena a muchos a la hora de irse, es otro de los grandes puntos a tener en cuenta en principio. Pero tranquilidad, si el problema es sólo ese, no podemos dejar que nos amedrente. Si es cierto que nos cerrará algunas puertas, destinos que requieren un nivel aceptable, etc. ¡Pero será por universidades en Europa!\n\n \n\n
Nuestras preferencias personales son, y deben seguir siendo, el factor que más influya a la hora de pedir destino Erasmus. Siempre habrá países que nos llamen más la atención, sitios a los que siempre hayamos querido ir, o de los que de tanto oír hablar, nos haya entrado el gusanillo. Pues este es el momento: más claro, imposible.\n\n \n\n
Poniéndonos prácticos, otro criterio importante (aunque mucho menos que todos los demás) es la facilidad para vivir en la ciudad que elijamos, de encontrar residencia o piso fácilmente, y si puede ser económico mejor, y lo organizadita que esté la universidad de destino. Aunque parezca una tontería, las cuestiones administrativas acaban abrumando y agotando el sentimiento y la ilusión por el Erasmus de muchos estudiantes antes de irse, incluso acaban echando a los más indecisos para atrás, lo que es completamente inconcebible. Por ello, cuantos más quebraderos de cabeza nos podamos ahorrar gracias a la buena gestión de la Universidad de destino (puesto que, por regla general, las Universidades españolas de las que partimos son bastante nulas en estos temas, no podemos confiar en su ayuda). En este sentido, cuanto más al norte de Europa vayas, más organización y ayuda encontraras, hasta el punto de que en los países escandinavos, ¡te aseguran y buscan alojamiento!\n\n \n\n
Por último, nunca viene mal pedir la opinión de un experto. Seguro que todo el mundo tiene un amigo que se ha ido de Erasmus; y si no, ¡para algo están los foros! (véase, por ejemplo: www.erasmusworld.com). El único problema de fiarse 100% de este tipo de fuente, es que la información suele estar sesgada, es decir, los ex -erasmus suelen, sin excepción y por defecto, recomendar con gran entusiasmo el sitio donde ellos estuvieron, precisamente porque, como he dicho ya NO HAY DESTINO MALO, aunque OJO, tampoco existe uno que sea el mejor.\n\n \n\n
Así, y después de todo este rollo, espero haber aclarado las ideas de algún lector universitario, y haber conseguido inclinar su balanza hacia la opción de SI, este año pido Erasmus. Desde luego, tras esta experiencia, habrá cambiado su forma de ver el mundo, las distancias en Europa parecerán más pequeñas y se acabarán con los tópicos demográficos, creándose unos propios ;)\n\n\n\n
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