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Una menos. Ya me queda una ciudad menos por conocer. Ayer me acerqué con una gente a conocer Ávila. Así que ya me quedan cuatro capitales por conocer de Castilla y León -León, Burgos, Segovia y Soria- y bastantes más de España.\n\n Hay que moverse, señores. Y no me refiero con la revolución del momento: el Chiqui\n Chiqui, sino por el mundo. Por lo menos, conozca las capitales de su país. A mi me gusta conocer lo desconocido y moverme, pero me moví poco. Menos de lo que me gustaría. Y querría moverme más a partir de ahora. \n\nÁvila es una ciudad muy bonita. La muralla da para mucho. Y si no, díganselo al Ayuntamiento, que le saca bastante partido. En fin, vayamos por partes, como diría Dexter.\n Lo primero que vimos fueron unas ruinas de lo que parecía una antigua iglesia. Me parece bien que lo hayan dejado ahí, da para unas cuantas fotos. Después de un par de museos -pillamos el día gratuito- por fin nos adentramos en la muralla. La catedral no le sé decir qué tal es, ya que nos indignamos tanto en ese momento de que hubiese que pagar por verla (¡por Dios, es una Iglesia!) que nos conformamos con verla por fuera, aunque una foto desde una rendijilla no nos la quitó nadie. Vuelta por el interior de la muralla, entre calles estrechas y adoquinadas pero con circulación de automóviles -muy incómodo- y comida en La posada de la fruta, donde el camarero nos dijo, aparte de que Alonso había quedado "el 11 o el 12", que nos subiésemos a El Murallito, un trenecito que, al parecer, recorre los lugares más importantes o turísticos de la ciudad. Como ya llevábamos medio día viendo cosas, decidimos dejarlo para la próxima vez. Después de la sobremesa -tan necesaria ella siempre-, un par de visitas a sendos palacios, y salimos en dirección a Los cuatro postes, un mirador elevado donde ves Ávila amurallada, preciosa. Fotos de rigor y a ver el palacio de congresos en construcción, a petición de uno de mis acompañantes, arquitecto en potencia. El plan siguiente era subirnos a la muralla, pero cuando llegamos, habían cerrado 15 minutos antes, que da un poco de rabia, pero en fin... A tomar algo, comprar yemas, pastas o cada cual lo que sea, y a ver la Plaza Grande, que en realidad se llama Plaza de Santa Teresa, pero el parecer nadie la llama así, sólo los turistas como nosotros que se pasean mapa en mano.\n En fin, Ávila merece la pena. Hay que volver. Y para la próxima, no se me escapará subirme a la muralla, ni al Murallito.\n
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