PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • \n\n

    Bangkok es una mezcla de ruido, calor, música, colores y unos puestos de calamares secos que tienen un olor nauseabundo y un aspecto repelente y sin embargo, cuando los pruebas, descubres que su sabor es repugnante. Pero no sé que tiene esta ciudad que te mete el diablo en el cuerpo. \n\nEn nuestra primera noche del viaje recalamos en una bonita terraza donde dos hermanos siameses de Siam perpetraban versiones de Nirvana que ya quisieran los Nirvana, y sin apenas darnos cuenta nos fuimos adentrando en el fascinante mundo de las cervezas a dólar. Y puede que sea porque el sol sale por oriente, pero a mi me parece que amaneció muy pronto y nos sorprendió Lorenzo enfrascados en un intenso debate con nuestro nuevo amigo Johnnie Walker. \n\nLa tarde anterior, mientras suspiraba por esas costuras de mi mochila que la hacían tan coqueta, me había informado de que a las siete y medía de la mañana salía un autobús hacia Camboya. Eran las siete y diez y empezaba a ser hora de plantearse el pagar la cuenta. \n\nComo Bangkok se iba a cruzar de nuevo en nuestro camino, decidimos correr en zig-zag al hotel y dejar allí el equipaje de Isra para recogerlo a la vuelta, llevando con nosotros sólo lo imprescindible para nuestra etapa camboyana. Exhaustos, llegamos al autobús cuando este arrancaba, pero antes de subir, Isra con aspecto pensativo me tocó el hombro.\n\n- No sé, Luís, no lo veo claro.\n\n- Pero si hemos llegado a tiempo al autobús, ¿que es lo que no ves claro?\n\n- Pues que nos vamos a pasar diez días en un país extraño llevando con nosotros solamente un neceser y una botella de whiskey.\n\nEra cierto. En nuestra inconsciencia beoda habíamos cogido lo único que en ese momento consideramos absolutamente imprescindible y habíamos dejado otras menudencias como las pastillas para la malaria o dinero. Ahora estábamos allí, portando esos dos únicos enseres ante la perpleja mirada del conductor del autobús, de quien nos despedimos elegantemente agitando ante nosotros la botella de Johnnie Walker.\n\nSin dormir, y borrachos como un ministro, recogimos algunos efectos más del hotel, y nos concentramos en negociar el precio de un taxi hasta la frontera de Camboya. Ardua tarea, pues si el idioma de la Pérfida Albión ya suena de por sí raro en nuestras bocas, en aquel estado más que pérfida era torpe y mamarracha.\n\nContratamos los servicios de un gentil taxista que amablemente accedió a transportarnos hasta la frontera al módico precio de un Congo, y nos metimos en el taxi. Sin embargo, tras callejear un rato, nos condujo hasta una humilde casa, donde se apeó y tras pasar unos minutos en su interior, regresó del brazo de un anciano. 'Mi abuelo', dijo. Nuestra inicial perplejidad fue en aumento cuando ambos se despidieron y el humilde anciano, colocándose unas gafas de garrafa, se sentó al volante del vehiculo y comenzó parsimoniosamente a conducirnos hacia la frontera camboyana.\n\nY fue en aquel trayecto infernal de cinco horas al calor de enero cuando Isra y yo llegamos a la conclusión de que tras la primera noche de locura, debíamos dejar atrás la tónica inicial del viaje y la que acompaña a la ginebra e hicimos firme propósito de enmienda. Ya somos buenos.\n\n\n

    \n\n\n\n\n

sioc:created_at
  • 2008-07-23 15:50:37
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/yoluiso/2008/7/23/reporte-02-bangkok (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Reporte.02: Bangkok
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all