PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • No hay mal que cien años dure ni hippie que no madure. Con esta premisa, no hicimos las maletas porque ni falta hizo, y nos propusimos a la luz del día buscar nuevo alejamiento en tan agreste isla. Como supervivientes de un programa de Telecinco seguimos, apartando ramas, las indicaciones de los carteles que rezaban 'to the beach' y descubrimos para nuestro asombro que aquella isla no sólo tenía mar, sino que tenía también una magnifica playa con unos bungalows confortables y limpios, que hizo que Isra y yo dirigiéramos, al unísono y sin premeditación, un solemne corte de mangas hacia el lugar de los hippies.\n\n

    \nHace años comenzaron a celebrarse en Tailandia los solsticios de verano con fiestas nocturnas en la playa. Pero visto que aquello fue un éxito enorme de público y crítica, se empezaron a celebrar cada mes las llamadas 'fiestas de la luna llena'. Y dado que aquí no le hacen ascos al dinero extranjero, se han añadido recientemente las 'fiestas de la medía luna' al calendario de festejos y celebraciones. Se espera que en próximas fechas sea instaurada en el país la 'fiesta de la luna y punto', que hay que ver como gusta el jolgorio por estos pagos. \n\n

    \nEl caso es que una de estas fiestas coincidió, como no, con nuestra estancia en la isla de Ko Chang y vimos transformada la playa en una discoteca con música, focos, DJ internacional y una bebida servida en cubos de playa compuesta por Red Bull y whiskey local, brebaje tan fuerte éste que es capaz de hacer brotar la barba a un niño de cuatro años. En resumidas cuentas, a excepción de nuestra frustrada iniciación en la filosofía hippie, entre playas, fiestas y paseos en elefante, la estancia en Ko Chang fue fantástica. Lo pasamos genial o, como diría un académico, chupichachi.\n\n

    \n\n

    \n\n\n\n\n\n

    \n\n\n\n

    \n\n\n

    Nuestro regreso a Bangkok estuvo marcado por una sorpresa inesperada. En el hotel esperaba con las asas abiertas mi añorada mochila. Parece ser que los de la compañía aérea la habían enviado a la única dirección que les constaba. Debo decir que a pesar de la alegría, después de aprender a viajar sin equipaje y con las manos en los bolsillos, también pensé que ahora me veía forzado a cargar durante el resto del viaje con veinte kilos a la espalda No dije nada porque después de todo el periplo todavía esta algo sensible y se pone tontorrona.\n\n\nQuien viaja a Paris visita la torre Eiffel y visita la Gran Muralla quien viaja a Cisjordania. Del mismo modo, el turista en Bangkok suele desplazarse al barrio de Pat Pong. Al igual que el Barrio Rojo de Amsterdam, en Pat Pong la industria del sexo se ha convertido en atracción turística. Son calles llenas de "locales de espectáculos" en que muchachas, como Buda las trajo al mundo, demuestran una habilidades circenses con aquella parte del cuerpo en que acaban las piernas, y con los pies no hacen nada. Así, tan sorprendente es verlas apagando velas, lanzando dardos o arrojando pelotas de ping-pong al público, como ver entre éste matrimonios de alemanes o franceses aplaudiendo divertidos cada número como si estuviesen presenciando el show de la foca Piluca. En general, se percibe que aunque alguna haya de natural fogoso y casquivana como La Muelles -moza esta de mi pueblo que tal apelativo recibe por su afición a los colchones de aquella clase-, en su mayor parte se encuentran explotadas por el negocio, lo que hace que en conjunto sea algo desagradable y sórdido.\n\n\n\n

    \nTuve yo en Bangkok una experiencia casi mística. Probablemente quien lea esto acuda frecuentemente a peluquerías de reconocido prestigio internacional. Sin embargo, yo voy siempre a mi viejo peluquero de barrio, que te corta el pelo y listo. En Bangkok me lavaron previamente tres veces la cabeza con masaje capilar de al menos media hora. Me cortaron el pelo a tijera. Más lavado, más masaje. Me cortaron el pelo a navaja. Más lavado, más masaje, un poquito de gomina y me dejaron bien guapetón. Y todo ello por un euro y cuarenta céntimos al cambio. No sé si tanto lavado encierra algún tipo de indirecta, pero me quedé estupendamente. Echas de menos, eso sí, el análisis de la jornada de Liga y alguna crítica al Gobierno.\n\n

    \nApenas unas horas después, un taxi nos dejaba en el aeropuerto internacional de Bangkok, rumbo a nuestro próximo destino.\n\n

    \n\n\n\n\n\n\n\n

sioc:created_at
  • 2008-07-28 13:44:21
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/yoluiso/2008/7/28/-span-style-color-b (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Reporte.05: Regreso a Bangkok
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all