PropertyValue
opmo:account
is sioc:container_of of
sioc:content
  • \n\n

    \n\n

    Con el avión bailando la yenka, aterrizamos en Cairns bajo una fuerte tormenta que nos acompañó todo el trayecto en taxi hasta el hostal que nos habían recomendado. Pagamos al conductor y corrimos a la recepción intentando resguardarnos, pero a la vista del resultado nos podíamos perfectamente haber tirado de cabeza a la piscina. El sitio era estupendo y estaba lleno de gente seca, pero tenía el defectillo de estar completo. Chapoteando, volvimos a la noche con intención de buscar un alojamiento. No se si he dicho que llovía mucho.\n\n

    \nNos iban ya a crecer aletas dorsales y branquias cuando por fin encontramos un humilde hostal donde depositar el equipaje que llevábamos en nuestra agua. El lugar no era malo y en el patio había un pequeño chiringuito donde se entretenían los clientes esquivando las gotas que atravesaban el tejadillo buscando un chapuzón en la cerveza. Había bastante gente, que tampoco se mojó para darnos un baño de masas y, por no ser aguafiestas, fuimos nosotros los que nos presentamos. Les dijimos que éramos españoles y decidieron que no, que eso no podía ser y que seríamos italianos porque nunca habían visto un español en Australia. Unas pintas más tarde y con la confianza de la zona de fumadores, nos preguntaron que porqué los españoles no viajamos, que no nos ven por el mundo. Ofendido, le respondí que no era verdad y que si quería vernos contratara un tour-operador a Cancún o Varadero.\n\n

    \nSin embargo, es cierto que el mundo esta lleno de ingleses, alemanes, irlandeses, americanos y un largo etcétera que desde los diecisiete años viajan durante muchos meses de manera independiente. Nosotros sólo tenemos veintidós días de vacaciones al año, y eso el que los tiene. Y es que vamos al colegio, al instituto y, cuando los jóvenes de medio planeta aprovechan para viajar y conocer otras culturas, nosotros entramos a carreras en la universidad y salimos pensando que si no conseguimos un buen trabajo al día siguiente no lo haremos nunca. Y como después alguien nos convence de que sin una casa y un buen coche no se puede ser feliz, de ahí a atarse a una hipoteca para el resto de la vida no hay más que un paso. Quizás sea una cuestión de mentalidad, pero creo que algún error estaremos cometiendo por que, aunque desde España no se vea, una generación que a los treinta vive aún con sus padres es el hazmerreír de Europa.

    \nDespertamos con ganas de playa, pero seguía lloviendo tanto que vi parejas de animales en dirección al puerto. Nos consoló saber que en Cairns está prohibido el baño por los tiburones y por unas medusas como bolsas de Carrefour que son, al parecer, mortales. “Se lo llevo la urticaria”, glorioso epitafio.\n\n

    \nDecidimos pues buscar transporte a algún lugar de clima más benévolo y fauna más sociable. Y como habíamos perdido el autobús diario que salía hacia el norte, no nos quedó más remedio que, en contra de nuestra costumbre, entrar en una agencia turística. Nos recibió un bonachón lugareño de canosa barba y generosa panza que respondía al nombre de Santa por su gran semejanza a Santa Claus, que ciertamente parecía que tuviera la trastienda atestada de renos. Mientras apuraba el contenido de su taza, le deletreamos nuestros nombres para tramitar los pasajes. Al principio intentó contener la risa pero repentinamente soltó una enorme carcajada. "Perdonad que me ría", decía desternillándose y mirándonos como si no hubiéramos cogido un chiste. "¡Israel!, ¡Como el país!". Bueno, quizás Israel sea un nombre poco común en Australia, pero tampoco será para tanto si te haces llamar 'Santa Claus'. En fin, salimos de allí con los billetes en la mano y le dejamos limpiándose el lagrimal y murmurando que sus amigos no le iban a creer cuando lo contara. Desde luego, o aquel hombre no estaba bien de la cabeza o algo le habían echado los duendes en la taza.\n\n

    \nPartimos hacia el norte y, por el camino, como si de una excursión de los Padres Agustinos se tratara, nos hacían bajar para mostrarnos las atracciones de la zona. Vimos un bosque y paseamos por unos manglares, todo ello de gran belleza. \n\n\n\n

    \n\n\n

    \n\n

    \n\n\n

    \nTambién visitamos un estanque donde un hombre con sombrero vaquero pidió voluntarios para una cosa de mucha risa. Ante la lógica ausencia de candidatos se decidió por una tímida francesa que tras su cámara se escondía y la colocó junto a una valla que la separaba del agua. Con una vara, golpeó el metal y de repente, un gigantesco cocodrilo de casi cuatro metros surgió del fondo con un poderoso salto para caer junto a la valla con gran estrépito. La cara de la francesa más que un poema era un romance entero y, por la sucesión de improperios que dedicó al divertido lugareño, vinimos a conocer se manejaba en castellano.\n\n

    \n\n\n

    \nLa chica era maja y dominaba tanto nuestro idioma que si no es porque parecía albergar una familia de arácnidos bajo la axila, podría pasar por española. Creíamos Isra y yo ser los únicos en sufrir las inclemencias del tiempo, pero ella nos dijo que había estado dos semanas en el sur sin poder moverse por la lluvia. Le dijimos que lo lamentábamos mucho, pero a mí me vino a la cabeza el refrán que dijo mi abuela cuando anunciaron que, después inundar la costa española, el chapapote del Prestige estaba llegando a Francia. "Convenga o no convenga, es bueno que todo el mundo tenga".\n\n

    \n\n\n\n\n\n\n

sioc:created_at
  • 2008-08-06 08:52:13
is sioc:creator_of of
is opmo:effect of
sioc:has_container
sioc:has_creator
sioc:has_reply
opmo:pname
  • http://lacomunidad.elpais.com/yoluiso/2008/8/6/reporte-14-norte-australia-cairns-cape-tribulation- (xsd:anyURI)
sioc:title
  • Reporte.14: Norte de Australia
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all