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Desgraciadamente, vivimos en un mundo en el que la ley de la oferta y la demanda condiciona los trabajos de todos nosotros, ya escribamos reportajes de viajes o vendamos tomates de invernadero. \n\nBlas, no considero que me esté yendo por las ramas, sino que estoy explicando por qué el 80% del periodismo de viajes que hay en este país es posible gracias a las invitaciones y al dinero que se gastan las oficinas de turismo. Es decir, no encuentras lo que buscas, porque no hay gente dipsuesta a pagar por ello. Obviamente, como no hay demenda, la opferta es pobre, mala, corrupta y escuálida. \n\nLas revistas y periódicos -por lo general, claro- pagan poquísimo por unas piezas que, entre estancias, viajes y escritura te pueden robar cinco o siete días de tu vida. En ese capítulo, por supuesto, no incluyo ningún gasto económico, sólo de tiempo. \n\nCómo es posible amortizar algo así si te pagan 700 euros por un texto y unas fotos???? Por ello, benditas (y malditas) las oficinas de turismo que son las que PAGAN todo. \n\nEsa es la realidad, a no ser que un gran grupo de comunicación te apadrine... como puede ser el caso de Paco -un saludo, maestro- que puede permitirse el privilegio de ser íntegro. \n\nCon las guías de viajes ocurre lo mismo. Imagino que Paco estará al tanto de la cantidad de guías de viaje -o artículos- que se escriben sin haber viajado un puñetero kilómetro. De verdad, NO OS PODÉIS IMAGINAR de, en la era de internet, las chapuzas que se hacen por ahí. Esa es otra realidad y el pequeño escándalo de hace unos meses con las Lonely Planet no es sino la punta del iceberg. \n\nNo hay demanda de periodismo de viajes de calidad, la gente no está dispuesta a pagar (en masa, nome valen cuatro nostálgicos) por una buena revista, de ahí que todo se vaya al garete. Sinceramente, soy muy pesimista, pero no encuentro ninguna razón para la esperanza. Internet lo ha cambiado todo y caminamos hacie una sociedad integrada por gente -por lo generallllllllll- muy poco exigente porque no tiene tiempo para profundizar, para analizar, para cotejar, para distinguir el grano de la paja. \n\nHace años, la prensa musical funcionaba: redacciones con periodistas, viajes pagados a Londres para ver tal o cual concierto, entrevistar a un artista. \n\nHoy todo eso ha muerto, tanto por el lado de la industria musical (famélica, grogui, extenuada... sin futuro) como por el de la prensa: las revistas de música son ahora fanzines gestionados por dos personas -que sí comen de ello- y elaboradas por una red de colaboradores no profesionales que ni cobran ni aspiran a ello. Ese es el futuro del periodismo de viajes. \n\n
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