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Paco, gracias por contar ésta historia, que habla de la Galicia, que pervive con la de los edificios altos y las universidades. Existen las dos. Basta caminar por ellas con agarimo y respeto. Con mirada y cabeza abierta a sentir que tu pasado está en la señora del pazo, pero también en la de la aldea o en la de la tienda de ultramarinos de la plaza de cervantes de Compostela.\nA María José la invito a venir conmigo, cualquier fin de semana de los que pateo esta tierra y alli, entre leiras, lareiras o cocinas de inducción, le serviran un vino hecho en casa, un pan unos chorizos y si le ven actitud de "escucha" le contarán. De mouros, de xente pequena, de orcas, de señoras que curan de libro, pero también de reyes que entierran tesoros, de gallinas de huevos de oro, de lobos, o de vecinos que aun después de muertos vuelven a casa porque dejaron algo sin resolver, o de los bancos de los trasnos que pueblan las fervenzas al atardecer para contarse las aventuras del día\nCada corna, habla, cada fraga, cada devesa, cada río y lo triste es que se quedan calladas a veces, por miedo a frases como esa, dejando que la historia se pierda.Algo que por nada debemos permitir. Porque con cada viejo al que le negamos la escucha y se muere sin contar lo que sabe, perdemos una biblioteca de la memoria, entera. Por suerte en los pueblos y en las ciudades también hay orejas jóvenes que se abren para que no s epierda la palabra.
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