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Qué maravilla de viaje, querida María José. Leyéndote y observando esas instantáneas vitales tan evocadoras me has trasladado por Perpignan, Collioure y Barcelona sin necesidad de moverme de la silla. Todo lo impregnas de una magia sin igual, una magia vivificante que invita a volar más allá de la verja del jardín. Transmites todo un torbellino de emociones y sentimientos que dejan exhausto de sensaciones al más pintado. Tienes un don y los demás somos afortunados de poder disfrutarlo. Besos, María José. ¡Muuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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