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Sin duda hemos perdido a uno de los grandes. Pero con la suerte, para nosotros, de que una persona así jamás nos acaba de dejar, porque queda su obra que, sin duda, volveremos a leer y a escuchar. Lo recordaremos, con su grave voz, diciendo en Don Quijote: ¡¡¡A LA MIERDA LOS MOLINOS!!! Un abrazo, canovas.
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