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Atilano, el que la felicidad es efímera como la vida misma es un tópico, tienen medidas de tiempo diferentes. Y lo importante no es desear felicitad. Si así fuera, hoy, uno de enero, seríamos las personas más felices del mundo y más felices que aquéllos a los que nadie ha deseado felicidad. Vivimos unas fiestas comercialmente almibaradas en las que todos somos muy buenos (y si compramos los regalos necesarios, aún mejores).\nY las formas no son lo de menos. Las que no corresponden a la verdad son falsas. \nHay que distinguir entre imagen (que es la representación externa de la realidad) y la apariencia (que es la pretensión formal de lo que no es cierto).\nVivamos cada día nuestras alegrías y tristezas y hagamos (no deseemos) lo mejor para los que nos rodean.
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