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Respeto tu afecto por esa plaza, Elefante, pero te contaré qué es lo que no me gusta de ella. No me refiero a su arquitectura, desde luego, me refiero a lo que considero más importante en una plaza: su lectura urbana. Todo en ella es artificial, excepto la consecución del fin para la que fue creada: la mayor gloria de la basílica y de la Iglesia (¿o del Papa?). \n\nCualquier plaza, incluso aquéllas que tienen como protagonista un gran edificio, consideran esencial la entrega con la trama urbana. En ésta no sólo no está considerada sino que está destruida y despreciada. Como muy bien dices, esta plaza no es tal, es un proscenio, un gran teatro en sí mismo, construido para interpretar funciones religiosas y para provocar la admiración, no a sí misma, sino a la cúpula de San Pedro. \n\nDeberíamos comparar la actual “plaza” con la ideada por Alberti, sin brazos simbólicos que representan la acogida de la Iglesia, sin espacios mayestáticos, vacíos y desnudos de cualquier uso que no sea dirigirse, física o mentalmente, al centro deseado … pero la de Alberti no ensalzaba como ésta el poder del Papa y de la Iglesia.\n\nSi fueras el arquitecto encargado de realizar el espacio público que antecede a la basílica y hubieras heredado el tejido medieval del Borgo y no tuvieras detrás a Alejandro VII al que servir, ¿crees que se te ocurriría una plaza como la existente? \n
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