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La Plaça Reial, qué recuerdos!! A principio de los setenta, en las tardes de verano, con los exámenes concluidos, jornada intensiva, el “noviete” insistiendo en una escapadita –sólo por un par de horas, te paso a buscar con el seiscientos- trucado por todas partes (pobre coche). Ya no preguntaba cual sería el destino pues siempre me sorprendía con algo nuevo; aunque en algún momento me imaginaba algún lugar y, como si se tratase de un lenguaje telepático ahí acabábamos tomando algo, escuchando buena música y charlando sin parar…\n\nRecuerdo que una de esas tardes, con el cabello mojado, un vestido de flores, mi ilusión a los cuatro vientos y mis ocupaciones aparcadas, me condujo por el centro de la ciudad y entre calles estrechas y sucias se abrió ante mis ojos, por primera vez esa espléndida plaza. Fue la entrada a un mundo de bohemia donde se paraba el reloj… Esas terrazas donde la cerveza corría de mesa en mesa en vasos gigantes que llamaban “tanques” o “campeones”, los músicos con sus guitarras o violines, al estilo hippy, ponían un toque romántico a aquel lugar de por si lleno de encanto.\n\nA mí no me parece una plaza dura. Me parece especial y con mucho encanto no sólo por los recuerdos, con esas palmeras, los arcos que la rodean, su fuente central, las farolas de Gaudí… al estilo de tantas plazas de otras ciudades y además con un aire caribeño que se ha aprovechado para rodar muchas películas.\n\nMe quedo con la tercera imágen. Me has hecho viajar en el tiempo...\nGracias y saludos.\n
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