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Lo has echado en falta porque mis dedos torpes no le dieron al tan evidente "enviar". No era Gil de Biedma, sino Segismundo que te decía\n\nTu voz pudo enternecerme, \ntu presencia suspenderme, \ny tu respeto turbarme. \n¿Quién eres? Que aunque yo aquí\ntan poco del mundo sé, \nque cuna y sepulcro fue \nesta torre para mí; \n \nPero conociendo tu ya nueva querencia,\n\nPara saber de amor, para aprenderle,\nhaber estado solo es necesario.\n\nPero vigila, Joana, que puede resultar una desgarrada adicción,\n\nQue sus misterios,\ncomo dijo el poeta, son del alma,\npero un cuerpo es el libro en que se leen.\n\nUn beso, Joana\n
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