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Pedro, Roma tampoco está nada mal, aunque no entré en el coliseo, había demasiada gente y la sombra de una terracita me llamó insistentemente, no pude resistirme a su llamada. Hay veces que el quedarse a mirar y concederse tiempo para dejar a la cabecita volar, es lo mejor que se puede hacer.\nBesos, rey.
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