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Antes me sabía leyendas pero la memoria las ha sustituido por vaya uno a saber qué cosas...\nPero para contribuir de alguna manera, les dejo este poema de Borges que está basado en una leyenda y es uno de mis preferidos:\n\nEL GOLEM (J.L.Borges)\n\nSi (como el griego afirma en el Cratilo)\nel nombre es arquetipo de la cosa,\nen las letras de rosa está la rosa\ny todo el Nilo en la palabra Nilo.\n\nY, hecho de consonantes y vocales,\nhabrá un terrible Nombre, que la esencia\ncifre de Dios y que la Omnipotencia\nguarde en letras y sílabas cabales.\n\nAdán y las estrellas lo supieron\nen el Jardín. La herrumbre del pecado\n(dicen los cabalistas) lo ha borrado\ny las generaciones lo perdieron.\n\nLos artificios y el candor del hombre\nno tienen fin. Sabemos que hubo un día\nen que el pueblo de Dios buscaba el Nombre\nen las vigilias de la judería.\n\nNo a la manera de otras que una vaga\nsombra insinúan en la vaga historia,\naún está verde y viva la memoria\nde Judá León, que era rabino en Praga.\n\nSediento de saber lo que Dios sabe,\nJudá León se dio a permutaciones\nde letras y a complejas variaciones\ny al fin pronunció el Nombre que es la Clave.\n\nLa Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,\nsobre un muñeco que con torpes manos\nlabró, para enseñarle los arcanos\nde las Letras, del Tiempo y del Espacio.\n\nEl simulacro alzó los soñolientos\npárpados y vio formas y colores\nQue no entendió, perdidos en rumores\nque ensayó temerosos movimientos.\n\nGradualmente se vio (como nosotros)\naprisionado en esta red sonora\nde Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,\nDerecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.\n\n(El cabalista que ofició de numen\na la vasta criatura apodó Golem;\nestas verdades las refiere Scholem\nen un docto lugar de su volumen.)\n\nEl rabí le explicaba el universo\n"Esto es mi pie; esto el tuyo; esto la soga."\nY logró, al cabo de años, que el perverso\nbarriera bien o mal la sinagoga.\n\nTal vez hubo un error en la grafía\no en la articulación del Sacro Nombre;\na pesar de tan alta hechicería,\nno aprendió a hablar el aprendiz de hombre.\n\nSus ojos, menos de hombre que de perro\ny harto menos de perro que de cosa,\nseguían al rabí por la dudosa\npenumbra de las piezas del encierro.\n\nAlgo anormal y tosco hubo en el Golem,\nya que a su paso el gato del rabino\nse escondía. (Ese gato no está en Scholem\npero, a través del tiempo, lo adivino.)\n\nElevando a su Dios manos filiales,\nlas devociones de su Dios copiaba\no, estúpido y sonriente, se ahuecaba\nen cóncavas zalemas orientales.\n\nEl rabí lo miraba con ternura\ny con algún horror. ¿Cómo (se dijo)\npude engendrar este penoso hijo\ny la inacción dejé, que es la cordura?\n\n¿Por qué di en agregar a la infinita\nserie un símbolo más? ¿Por qué a la vana\nmadeja que en lo eterno se devana,\ndi otra causa, otro efecto y otra cuita?\n\nEn la hora de angustia y de luz vaga,\nen su Golem los ojos detenía.\n¿Quién nos dirá las cosas que sentía\nDios, al mirar a su rabino en Praga?\n\n\n\n\n
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