LACOMUNIDAD.ELPAIS.COM_MI-AFRICA_2007_9_23_HOY-HA-MUERTO-MI-HERMANO

HOY HA MUERTO MI HERMANO MAYOR.\n\n

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Hoy ha muerto mi hermano Abú, hoy ha muerto un rey.\n

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Solo cabe tristeza, y esos pequeños recuerdos que van encontrando las fisuras de mi alma, por las que brotan estas lágrimas furtivas.\n

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Me creí hombre duro capaz de cruzar el mar a nado, y sólo una pequeña gota en mi mejilla, me enseña que soy un niño frágil y desvalido.\n

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No tengo ganas de escribir, ni si quiera de recordar, solo diré tu nombre una vez más para que no pase al olvido; Abubakar Towengale Kiwanga Segundo. El nombre de un Rey, pero ante todo, una gran persona y un verdadero amigo.\n

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Abú, por muchas palabras que aprendiera, nunca podría describir lo que te quise, ni agradecerte lo que hiciste por mí y por tu pueblo. Si me lo permites, voy a dejar que otra gran persona, enferma de cáncer y tal vez a punto de morir se despida por mí.\n\n.\n

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Se llama Gabriel García Márquez, y aunque hay quien atribuye esta carta a un poeta mexicano, otros aseguran que es la carta de despedida a sus amistades mientras lucha por su vida.\n

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Gabriel, si por alguna coincidencia del destino leyeras estas letras, cuando Dios lo quiera espero que te encuentres con Abú, y verás que como decía Machín, “también hay ángeles negros”.\n\n.\n

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Que los dos seáis muy felices allá arriba…\n\n\n

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CARTA DE DESPEDIDA.\n\n

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Si por un instante Dios olvidara que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía este tiempo lo más que pudiera.\n

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Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.\n

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Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.\n

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Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres…. \n

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He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.\n

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He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.\n\n.\n

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He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.\n\n.\n

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Si supiera que estos son mis últimos minutos que te veo te diría “Te Quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.\n

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