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  • Me viaje por Colombia está a punto de terminar, pero aún me queda que visitar una última región para un reportaje que me ha pedido una revista femenina: el eje cafetero. Así llaman los colombianos a un triángulo montañoso en la cordillera occidental entre las ciudades de Armenia, Pereira y Manizales donde se cultiva, dicen, el mejor café de Colombia, con permiso de Antioquia, claro. \n\nDespués de tantos días en el ambiente selvático del Amazonas me resulta chocante encontrarme de repente en un paisaje radicalmente distinto, domesticado y modelado por el hombre. Un escenario de suaves colinas con interminables plantaciones de café, tan perfectas y alineadas que parecen hechas con tiralíneas. Siempre salpicadas por plataneras, ya que ambos cultivos se complementan. \n\nDe momento, llevo hecho un máster en café: me lo se todo. El mejor café crece entre 1.200 y 1.600 metros. La variedad más cara y apreciada en el mundo es el suave colombiano, que solo se produce aquí, además de en Kenia y en Tanzania. Un café es como el vino, tiene aromas a jazmín, a miel, a melocotón, a vainilla.... Lo más importante de un buen café es... ¡un buen agua!. En Colombia se producen anualmente 11,6 millones de sacos de 60 kilos ... En fin, ya os digo, todo un doctorado en Juan Valdez. \n\nPero de momento lo que más me ha sorprendido es que muchas haciendas cafeteras ofrecen también alojamiento rural. Anoche me quedé en una que se llama Hacienda Combia, cerca de Armenia, que tiene más de 125 años de antigüedad. Es la de la foto de abajo. Se alza sobre una colina que domina un paisaje infinito y perfecto de cafetales; no tiene ningún lujo pero es tan auténtica que no lo necesitas. La atiende personalmente doña Teresita, la dueña, que gestiona la propiedad junto con su hijo Manuel desde que hace seis años se quedó viuda. Me cuenta que como otros muchos industriales cafeteros del eje decidieron diversificar al negocio del turismo tras la crisis del 2000, en la que los precios del café se hundieron tanto en los mercados internacionales que se hizo materialmente imposible sostener la hacienda solo con los ingresos tradicionales. \n\nEl cansancio empieza a acumularse. Llevo ya muchos días dando tumbos por Colombia. Así que en cuanto llegué, coloqué las cámaras en mi cuarto, me tumbé en esa hamaca de la foto y dejé que pasaran las horas viendo como un sol enorme, cual doblón de oro, se acostaba sobre los cafetales del Quindío. Fue uno de los momentos más placenteros del viaje.\n\n
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  • 2009-03-12 20:42:49
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  • Un máster con Juan Valdez
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