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John Fitzgerald Kennedy, 35 presidente de los EE.UU., murió asesinado hace más de 40 años en el ejercicio de su cargo. Desde entonces hemos tenido que soportar innumerables películas, libros y documentales sobre ese asesinato, sobre el autor material y la presunta conspiración bajo su acción. \n\nEl 11-M se cometió el mayor atentado de la historia de España. La mayor parte de sus autores materiales se suicidó días después llevándose por delante otra víctima. Algunos otros han sido condenados en la sentencia que hoy hemos conocido. No hay ninguna prueba de que nadie indujera a los autores a cometer esos atentados, mientras que sus probadas convicciones religiosas y políticas les daban suficientes motivos para hacer lo que hicieron. Sin embargo, el hecho de que nadie haya sido condenado como inductor sin ser autor parece que va a dar alas a algunos políticos y a algunos medios de comunicación a considerarse legitimados a decir que hay que seguir investigando, que no se sabes quienes eran los autores intelectuales de los hechos, que hay cosas por esclarecer. Es decir, al igual que en el caso de Kennedy, se considera que los autores no eran suficientemente importantes para cometer un hecho que conmocionó a todo el mundo y que, de forma indirecta, cambió el resultado de unas elecciones. \n\nHabría que recordar que no es un hecho necesario que alguien dijera a esos terroristas lo que tenían que hacer, cómo lo tenían que hacer y cuándo lo tenían que hacer. No tiene por qué haber alguien más además de los que han sido condenados o los que se suicidaron. Simplemente se ha dicho que un bravucón en Italia alardeó de haber incitado algo en lo que parece ser no tuvo nada que ver. Durante varios años un juez instructor ha dirigido una investigación sobre el caso, con todo el apoyo del Estado. De forma alternativa, varios grupos periodísticos han realizado investigaciones paralelas. Ninguno ha encontrado prueba alguna que presentar en el juicio. El juez ha descartado, por ejemplo, la implicación de ETA con las pruebas presentadas. Aún así, ya oímos voces que claman por continuar la investigación y descubrir a los autores intelectuales. \n\nLa conspiración está servida. Y dado que no hay pruebas ni motivos para ello, está claro que sus defensores no las necesitan. Así que la conspiración puede que continúe 40 años. Como con Kennedy.
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