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Ayer me fui con Jose Carlos http://lacomunidad.elpais.com/jubilateria/posts y Maria José a la prisión de Soto del Real. Iba invitado por Jose Carlos y su organización “Solidarios para el Desarrollo” http://www.solidarios.org.es para dar una charla informal sobre mi blog en el Aula de cultura del centro.\nHablar sobre lo que ha sido esta experiencia resulta difícil, como sucede siempre con las cosas que tienen una trascendencia profunda, especial. Allí, una vez más, constaté que conecto mejor con la gente que sufre o a sufrido de algún modo que con la gente corriente. No me sorprendió. Ya lo sabía y también lo esperaba.\nEntramos en el aula y Jose Carlos me presentó, pero ya daba igual, porque camino de allí, mientras cruzábamos el patio, yo ya tenía dos amigos relámpago, dos personas que escribían y que me hablaban en un idioma conocido: el idioma de los que buscan en la escritura sus respuestas. Luego, ya en el aula, la cosa fue a más. Uno de ellos (¡cómo me gustaría saber sus nombres!) me ayudaba con el reproductor de vídeo, otro me hablaba de árboles, y otro me contaba historias de su vida. Estaba en casa.\nConté mis experiencias sobre mi bicicleta, como nació mi blog, y todo lo que me vino a la cabeza. Les hablé del placer de la escritura y de su magia. Una magia capaz de saltar muros, de traspasar barreras, de sacudir conciencias. Una magia capaz de hacerles libres incluso detrás de esos barrotes. Les conté algunas cosas de mí y de mi historia que hacía mucho no contaba a nadie y fui sincero y natural con ellos. No hacía falta más.\nY ellos... Pues ellos me aguantaron con paciencia y con mucha más educación de la\nque me han aguantado en algunos recitales. Ellos soportaron mi charla con esa tolerancia y esa sabiduría que da el haber sufrido, con esa complicidad que da el saber que ellos tienen también muchas historias que contar y que a mi me gustaría conocerlas. Ellos me hicieron sentir bien y estar a gusto y no me sorprendió, porque eso sucede siempre cuando uno intenta sacar su lado mejor para compartir con entusiasmo cualquier cosa entre la gente que padece (ya sea a causa de errores del pasado o de las injusticias del mundo y de la vida).\nAllí, dentro del centro, se queda mi blog, y con él una parte de mí. Mi parte mejor. Espero y deseo de todo corazón que a alguien le sirva para algo y sé que será así porque hace muchos años que conozco y sé, y confío, en la magia que se esconde detrás de la escritura. Sé que alguien, cuando pasé algún tiempo y yo ya no sea ni un recuerdo, encontrará unas hojas sueltas en esa biblioteca y pensará: ¿porqué no puedo hacer yo esto? Y el milagro habrá comenzado de nuevo.\nEsta mañana, muy temprano, he salido a dar una vuelta muy larga por el campo. He\nrodado otra vez sobre la arena húmeda de esos caminos y en mi mirada he llevado la mirada de ellos. He observado los campos con sus ojos y he sentido de todo corazón que a esa gente le deseo lo mejor, y también me he sentido afortunado y feliz porque había llegado el otoño y el día era perfecto. Amanecía, y en el silencio del campo he recordado este poema que escribí hace tiempo y que es sencillo, pero que está cargado de lucha, de rabia y de esperanza. Para ellos lo pongo aquí y a ellos se lo dedico, a los amigos que he dejado allí dentro y que tanto me han dado. Porque amanece: a pesar de todos los pesares, siempre amanece para el que tiene la valentía de luchar. Gracias, amigos.\n.\n.\nAmanece\nsobre los campos de batalla\nsobre los campos de refugiados\nsobre los campos de minas\nsobre los camposantos\nsobre todos los campos del mundo\namanece.
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